____________
bajó al salón justo cuando Tom entraba por la puerta.
—Guau, estás estupenda, ___________ —dijo Clara cerrando el
libro que estaba estudiando.
—Me
ha quitado las palabras de la boca — apuntó él, que también estaba
impresionante.
___________
le entregó a Alisha a Clara, le dio unas cuentas instrucciones de última hora y
se despidió de su hija.
—Para
que lo sepas, no parece que tengas una hija —le dijo Tom al abrirle la puerta
del coche.
—Oh.
Tom.
—Cuando
dices mi nombre así, se me viene a la cabeza cierta fantasía. ¿Quieres que te
la cuente?
—¿Tengo
opción? —dijo ella derritiéndose. Tom se rió y ___________ pensó que
últimamente se reía mucho. Todo iba a ir bien.
Tom
se puso al volante y no volvió a decir nada de su fantasía, pero le habló de su
padre.
—Te
tengo que dar un recado de parte de mi padre. Si no te lo digo ahora, luego, no
voy a poder.
___________
sabía por qué lo decía. Lo sabía muy bien.
—Mis
padres se han ido a Oklahoma a hablar con nuestros primos. Ellos tienen un
rancho allí en el que llevan años recogiendo a niños huérfanos y madres
solteras. Van a dar una fiesta cuando vuelvan y quieren que vayas.
—¿Están
preparando la fiesta desde California?
—Bueno,
es que a los Kaulitz se nos da mejor avanzar y cercar que retiramos.
___________
no tenía ni idea de lo que le había querido decir con aquello. Lo miró. ¿Cómo
había podido pensar no hacía tanto tiempo que aquel hombre era duro? Si tenía una
cara de lo más agradable y una boca hecha para sonreír...
—Toda
la familia está encantada con tu idea.
—Me
alegro —contestó ___________ nerviosa.
—Con
diez millones tampoco es que se pueda hacer nada a gran escala, pero mis
padres han tenido un par de buenas ideas.
—¿Se
hablan?
—Gracias
a ti, sí. Si no fuera conduciendo, te daría un beso.
Si no
fuera conduciendo, ___________ lo amordazaría para poder decirle lo que tenía
que decirle.
Llegaron
al restaurante un poco antes de lo previsto. Roberto's era un sitio rústico que
estaba de moda. Estaba emplazado en un edificio antiguo y tenía una gran
chimenea en el comedor.
Una
camarera les dijo que les estaban preparando la mesa y que se podían sentar en
los sofás de estilo Victoriano a esperar.
Estaban
a punto de hacerlo cuando un hombre mayor con su esposa se dirigió a Tom.
—Me
alegro de verle, senador Fitzgerald.
Tom
hizo las presentaciones oportunas. ___________ había oído hablar de aquel
hombre, pero no lo conocía en persona. Hadley Fitzgerald era un hombre de
mirada dura que daba la mano con fuerza. Su mujer, Beatrice, era alta y tenía
los ojos grises. Ambos sonreían con amabilidad.
—¿Se
ha celebrado ya el juicio del hombre que prendió fuego a los juzgados?
—preguntó el senador.
—Todavía,
no —contestó Tom.
—Vaya
—le dijo Beatrice a ___________ —. Ya están hablando de lo suyo.
___________
sonrió, pero la verdad era que le interesaba el tema.
—Lo
peor no es que incendiara los juzgados —estaba diciendo Tom— sino que atacó a
mi hermana Sky y a mi prima Willow. Dado el parentesco, no me parece bien
hacerme yo cargo del caso, así que...
—Te has
retirado del caso y has pedido que se encargue otro juez —dijo el senador. ___________
se llenó de orgullo.
—Me
parece una opción muy acertada. Sigue así y ese puesto en el Supremo será tuyo.
—Algún
día, quizás.
—Por lo
que he oído, lo tienes asegurado. Te lo has ganado. Si hubieras tenido trapos
sucios que ocultar, ya habrían salido. Si quieres el puesto, lo único que
tienes que hacer es seguir así. Limpio.
—No
me he apartado del caso porque quisiera hacer méritos para el Supremo, senador
—le advirtió Tom.
Hadley
Fitzgerald le dio una palmada en el hombro.
—Otra
razón por la que eres perfecto para el puesto —dijo el senador mirando a ___________—.
Hay hombres que tienen objetivos. Tom Kaulitz tiene aspiraciones.
___________
sintió que se le helaba la sonrisa en los labios.
En
ese momento, llegó la camarera.
—¿Juez Kaulitz? Su mesa está lista.
De repente, ___________ empezó a no tenerlas todas consigo. Tom
y ella se despidieron del senador y de su mujer y siguieron a la camarera.
—¿Ser juez del Supremo es la aspiración de tu vida Tom? —le
preguntó con la carta abierta.
—Hadley exagera un poco.
Tom se había dado cuenta de que ___________ estaba nerviosa.
Hadley y Beatrice Fitzgeraid ponían nerviosa a mucha gente.
—Entonces, ¿no te hundirías si tu carrera fuera por otros
derroteros?
Tom
no quería hablar de trabajo, quería que ___________ se tranquilizara y se
sintiera a gusto. No había reservado en aquel restaurante para ver a personas
influyentes sino porque el ambiente era sencillo y romántico. Había decidido
llevarla allí porque se había dado cuenta de que nunca habían tenido una cita
de verdad. Una mujer como ___________ se merecía que la trataran como a una reina.
La había llevado a Roberto's porque nunca se había imaginado sintiendo por una
mujer lo que sentía por ella.
—No me has contestado.
Tom la miró a los ojos. Tenía razón. Había muchas cosas que
quería decirle y no le había dicho. No sabía por dónde empezar.
—¿Sabes
qué, ___________?
Ella negó con la cabeza.
—Tengo
un par de amigos. Uno o dos. Tengo a mis hermanos, a mi hermana y a mis padres.
Tengo usos objetivos. Puede que alguno sea una aspiración, sí. Creo, bueno,
más bien estoy seguro de que puedo mejorar el mundo. Me encanta Los Ángeles. Me
encanta haberme criado aquí. Me encanta el derecho. No por el poder que te
puede dar sino porque me gusta hacer que se cumplan las leyes.
—Porque
te gusta proteger a las personas inocentes.
—Sí. De
repente, me encuentro en un precipicio que me lleva a lo que siempre he
soñado. Todo está a punto de hacerse realidad.
Todo lo
que deseaba y necesitaba. ___________, su hija, el puesto para el que tanto
había trabajado. Lo tenía todo al alcance de la mano.
—Supongo
que te imaginarás lo que te voy a decir —sonrió—. Las mujeres tenéis un sexto
sentido, es verdad.
___________
se puso a juguetear con un mechón de pelo. Se iba a desmayar de un momento a
otro. Estaba segura de que Tom le iba a decir que la quería, pero antes tenía
que terminar de contarle su verdad.
—El
senador te ha dicho algo que me ha hecho pensar.
—¿Qué?
—Lo
ha dicho antes y después de haber mencionado el puesto en el Supremo. Te ha
hablado de trapos sucios.
—Es
solo una frase hecha —contestó Tom mirándola a los ojos.
___________
se mordió el labio inferior.
—Yo
tengo uno —murmuró.
—¿Un
qué?
—Un
trapo sucio. Se trata de algo que podría hacerte daño, incluso hacer que no
llegaras a cumplir tus aspiraciones.
—Imposible.
Serías capaz de darle hasta tu último centavo a alguien que lo necesitara.
—Sí,
pero...
—Venga,
___________. ¡Qué mal se te da mentir!
—¿Y
las mentiras por omisión? —musitó.
—¿Qué
pasa con ellas? —dijo Tom. ___________ se echó hacia delante.
—Llevo
una semana queriendo contarte una cosa de Frank.
—¿De
qué se trata?
—Y
de Alisha.
Tom
también se echó hacia delante.
—Creí
que me habías dicho que no tenían ningún contacto.
—Así
es.
—No
entiendo nada.
___________
había ensayado aquello un millón de veces, pero no por ello le resultó fácil.
—No
sabe que existe, Tom —confesó mirándolo fijamente.
Tom
entornó los ojos. Puso la misma expresión que durante los juicios.
—¿No
sabe que ha nacido?
—No, no
sabe que existe. Nunca le dije que estaba embarazada —contestó ___________—. Al
principio, no se lo dije a nadie. No me lo podía creer ni yo. Después de mucho
pensar, decidí que debía contárselo. Para entonces, estaba de tres meses. Lo
llamé, pero no estaba y le dejé un mensaje en el contestador diciéndole que me
llamara. Nunca lo hizo. Esperé otro mes y volví a intentarlo. Contestó una
mujer. Por los ruiditos que se oían por detrás, debían de estar celebrando una
fiesta muy íntima. Aquello me puso mala.
Tom se
relajó y ___________ comenzó a sentirse mejor.
—Le
dije que no molestara a Frankie y colgué. Cuanto más lo pensaba, más motivos
encontraba para no decírselo. Me había dicho muchas veces que no quería tener
hijos. Nunca. Así que pensé que sería mejor que tuviera a la niña yo sola.
Tom
alargó la mano y le acarició el brazo.
—Desde
el punto de visto moral, no te reprocho nada, ___________, pero desde el legal
sabes que no solo tiene derecho a saber de su existencia... También tiene una
serie de responsabilidades con Alisha.
—Lo
sé.
Tom
se relajó por completo.
—Tienes
que decírselo. No veo cómo va a afectar eso a mis aspiraciones en el Supremo...
—Hay
más —lo interrumpió ___________ retirando la mano.
—Si
me vas a decir que te han detenido por robo o algo así, no me lo creo.
—No,
a mí no, pero a mi marido, sí.
Apareció
el camarero como salido de una lámpara mágica.
—¿Saben
lo que van a pedir?
___________
deseó que fuera un genio de verdad y pudiera pedirle tres deseos.
—Lo
siento, pero me temo que no me encuentro bien. Me parece que me voy a ir a
casa.
Chicas.. aquí con un nuevo capi.. y bueno no les pude subir antes... como les había comentado antes... mi abuelo esta en el hospital.. y estuve todo el fin de semana con el ... asi que no me dio tiempo de subir..
Espero les guste el capi..
Las Quiero
Bye =)
Hola :) soy primera xD bueno esta interesante .. Espero y estes bien de animos y veras que tu abuelito se pondra bien ... Bueno sin mas que decir me despido, adios y que estes bien ;)
ResponderEliminarlas cosas estan interesantisimas!!! y no te preocupes, nosotras comprendemos, espero de todo corazon que todo este bien con tu abuelo ¡animo!
ResponderEliminar(tn) le dira la verdad a Frank!!
ResponderEliminarEsta muy interesanteee me encantaa mucho la fic ..
Animis Tamitha todo saldra bien cuidate :D