___________
abrió un ojo y lo volvió a cerrar. Se estiró. Había estado soñando. Abrió los ojos.
Si
había estado soñando era porque había estado durmiendo. Se levantó de un
respingo. No oía a la niña.
De
repente, recordó que Alisha estaba con Tom.
Miró el
reloj. Tuvo que mirarlo tres veces. ¿Las seis de la tarde? Imposible.
Solo le
había dado a Tom un biberón y la niña solía comer cada dos o tres horas. Debía
de estar muerta de hambre.
Al
salir de su habitación, oyó a la niña y, al bajar al salón, se encontró a Tom
paseándola, acariciándola y hablándole. Nada. La niña estaba llorando ya.
—¿Cuándo
habéis vuelto? —le preguntó yendo hacia él y agarrando a su hija.
—Hace
tres horas.
—Debía
de estar más cansada de lo que creía.
—No ha
llorado hasta ahora.
—¿Se ha
tomado toda la leche que te di?
—Hasta
la última gota hace dos horas y media —contestó Tom muy cerca de ella—. He
descubierto que se pone como una loca si le das agua en vez de leche —añadió
con cariño. ___________ sintió que se derretía. Alisha estaba llorando a voz en
grito.
—Perdona
un momento.
Se la
llevó a su habitación y le dio el pecho. Había dormido cuatro maravillosas
horas. Se sentía con fuerzas como para comerse el mundo. Recordando cómo
agarraba Tom en brazos a su hija, sintió un cálida sensación en el corazón.
Aquello era como...
Amor.
Sonrió. Se miró en el espejo. “Ya había" pasado por aquello. Ya se había
precipitado antes enamorándose demasiado rápido. Era demasiado pronto. Y
ahora tenía una hija. Tenía que darle un futuro. Por el bien de Alisha, debía
ser fuerte. Tenía que ser sincera consigo misma... Aquello le hizo recordar lo
que Tom le había dicho de la sinceridad.
Tragó
saliva. Ella era sincera la mayoría de las veces. ¡De verdad! Excepto alguna
mentirijilla que les decía a sus amigas para no hacerlas sufrir, nunca mentía.
¿Y las
mentiras por omisión?, le dijo su conciencia.
Sé le
vino a la cabeza la cara de su ex marido. Frankie DeMarco era un hombre
guapísimo que la había querido al principio. No era mala persona. De hecho, se
habían divorciado como amigos. Se defendió diciéndose que había intentado
hacer lo correcto. La situación no había sido fácil. ¿Podría haberla llevado
de otra manera?
Miró a
Alisha y supo que había hecho lo correcto para su hija. Siempre intentaba
hacer lo correcto, pero la vida no era blanco o negro, había muchos matices de
grises.
Miró el
regalo que había comprado para Tom y pensó en todo lo que aquel hombre había hecho
por ella y por la niña. Quería que tuviera un recuerdo. No podía darle mucho
más. A pesar de lo que había sentido hacía unos minutos al verlo con su hija en
brazos, no podía darle su corazón.
Mientras
terminaba de darle de comer a Alisha, se alegró de haber reflexionado. No, no
estaba enamorada de Tom Kaulitz. Todavía. Lo único que tenía que hacer era
seguir así.
¡Menudo
alivio!
—¿Qué
le han parecido a Alisha los cambios del código penal? —le preguntó.
—¿Cómo?—dijo
Tom desde el salón. Después de todo lo que habían pasado juntos, aquello de
hablar a distancia le pareció una tontería. Se tapó el pecho con una toallita
y salió al salón. Se sentó en la mecedora y siguió dando de mamar a la niña.
—¿Qué
habéis estado haciendo todo este tiempo?
___________
vio que Tom tragaba saliva con dificultad.
—¿Te
resulta violento?
Tom
negó con la cabeza. Estaba dando de comer a su hija. No había nada sexual en
ello. En realidad, era lo menos sexual del mundo. Era maternal y bonito.
El
problema era que su imaginación se había disparado.
___________
se levantó.
—¿Dónde
vas?
—Te
estoy haciendo pasar un mal rato. Ya termino en mi habitación.
Tom la
agarró del brazo para impedírselo.
—___________,
no es eso lo que me está volviendo loco.
Ella lo
miró con los ojos como platos al comprender que Tom la deseaba. Ningún
problema si no hubiera sido porque ella sentía lo mismo. Se hizo un silencio
sepulcral. Se había dicho que no se iba a enamorar de él, pero era más fácil decirlo
que hacerlo.
—Tom.
—___________
—dijo él a la vez. Tom se echó hacia delante.
—Acabo
de dar a luz.
—Lo sé
—contestó él—. ¿Es para mí? —añadió señalando el paquete que ___________ había
dejado sobré la mesa.
—Sí, es
de parte de Alisha.
—¿Ya la
has llevado de compras?
—Cuanto
antes aprenda, mejor.
Tom la
miró. Parecía confundida. Se volvió a sentar en la mecedora y en ese momento
sonó el teléfono. Era su hermana. Se estaba alejando cuando él lo que quería
era acercarse.
Tom
decidió que podía esperar. Era un hombre paciente.
—Debe
de ser el día de las hermanas porque yo he estado antes con la mía —le comentó
cuando ___________ colgó.
—¿Ah
sí?
—Sí,
vino a verme a casa mientras tú dormías.
—¿Te ha
visto con Alisha?
—Sí
—contestó Tom metiéndose las manos en los bolsillos por razones obvias.
—¿Te ha
hecho muchas preguntas?
—¿Tú
qué crees?
—¿Le
has contado la verdad? Tom asintió.
—Entonces,
no es por eso por lo que habéis discutido —apuntó ___________.
Tom se quedó helado. ¿Cómo se había dado
cuenta?
—No
hemos discutido, exactamente. Lo que pasa es que Sky y yo tenemos diferentes
puntos de vista sobre ciertas cosas.
—¿Quieres
decir que ella no está cegada por tu cerebro y tu belleza?
Tom se
sorprendió a sí mismo riéndose. La miró y vio que estaba sonriendo. Se preguntó
si sabría qué efecto tenía sobre él su sonrisa.
Sabía
que tenía que frenar antes de que ___________ pusiera punto final a algo que
todavía no había comenzado. Además de ser abogado, acababa de dar a luz. Tanto
física como psicológicamente era demasiado para empezar una relación.
Aquello
lo enfureció, pero sabía que tenía que esperar.
—¿En
qué no estáis de acuerdo?
— Sky
cree que no soy capaz de ser espontáneo.
—¿Le
has dejado claro que está equivocada?
—Cuando
Sky está en un momento de esos suyos de lo sé todo, no es fácil hacerla cambiar
de parecer.
—Madre
mía, pues sí que os parecéis poco.
Tom se
volvió a reír. Era la segunda vez que lo hacía en pocos minutos. Aquello no era
propio de él. Se sentía como un niño con la nariz pegada al escaparate de la
juguetería cinco minutos antes de que la cerraran. No podía meterle prisa a ___________,
pero se moría por hacerlo. Tenía que pensárselo bien.
—Os
dejo tranquilas —anunció levantándose.
—
¿De verdad?
—¿Suelo
mentir?
Tom
vio que a ___________ se le cambiaba la cara y no supo por qué.
—¿Puedo?
—dijo señalando el regalo. ___________ asintió. Aunque sentía curiosidad por ver
lo que le había comprado, decidió abrirlo luego.
—Tom.
La
miró. Estaba tan guapa con el pelo suelto, sentada en la mecedora dándole el
pecho a Alisha. No se quería ir. No era sencillamente que deseara a una mujer.
Aquella situación no tenía nada de sencilla. ___________ no se parecía a
ninguna mujer con la que había salido, así que iba a tener que aproximarse a
ella de forma diferente. Había decidido avanzar, cercar y retirarse.
—¿Te
pasa algo? —le preguntó ___________.
—No,
en absoluto.
___________
lo miró unos segundos y Tom no bajó la mirada.
Avanzar,
cercar y retirarse.
—Gracias
—dijo ___________.
Tom no sabía muy bien por qué se las estaba dando, pero
sonrió.
—De
nada —contestó—. Gracias a ti.
Salió de la casa y se montó en el coche dejando
el regalo en el asiento del copiloto. Encendió el coche tranquilamente y puso
rumbo a su casa. Miró el paquete diez veces y, cuando le tocó un semáforo en
rojo, ya no pudo más y lo abrió. Ni paciencia ni nada.
Lo miró, leyó la nota que lo acompañaba y,
para cuando el semáforo se puso en verde, arrancó sonriendo.
CHICAS... aquí un nuevo capi... y sobre lo de terminar la ficc.. esta semana.. parece que no será así... ya que en mi trabajo y en mi instituto.. se pusieron de acuerdo para dejarme la semana llena de exámenes... y un monton de documentos en mi trabajo...¬¬ ... asi que estare ausente creo... todavía no lo se jajaj xd... espero les guste el capi...
Las Quiero
Bye =)
Siguelaa me encantaaa!!
ResponderEliminarTom se esta aguantando hahahaha
ojal puedas subir estos dias :D
cuidate bye
que le regalo?? o.O quiero saber!!! jajjajaja pobre Tom xD siguela, esta muy bonita e interesante :)
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