"CAPITULO 6"
El bebé estuvo todo el
trayecto durmiendo. ___________ miraba por la ventana. El día anterior había
sido una jornada invernal, pero aquel día brillaba el sol. La primavera estaba
en el aire. El mundo había cambiado en veinticuatro horas.
Veinticuatro horas antes era
una mujer embarazada. Ahora, era madre. ¡Madre!
«Madre divorciada», pensó
mientras salía del coche e iba hacia su pequeña casa alquilada.
—¿Cómo vas a entrar en casa si
no tienes llaves? —le preguntó Tom.
___________ se agachó con
cuidado y sacó un juego de llaves de debajo de una piedra. Algo bueno tenía que
tener irse dejando las llaves en el coche. Siempre tenía juegos de repuesto.
El juez Kaulitz o Tom, madre
mía, no sabía ni cómo llamarlo, la ayudó a entrar. Le había dejado muy claro
que no quería que le diera las gracias. Una vez en el pequeño salón, la niña
era lo único que había entre ellos y ___________ no sabía qué decir. Pensó que
él tampoco sabía qué decir. Que Tom Kaulitz se quedara bloqueado era nuevo para
ella.
Iba vestido entero de negro y
qué bien le quedaba. El día anterior llevaba camisa blanca. Nunca lo había
visto de otros colores. Negro y blanco. No había lugar en él para grises, nada
de incertidumbres. A ___________ le pasaba todo lo contrario. En su vida
personal siempre dudaba de si tomaba las decisiones adecuadas. En el trabajo
era más fácil. En el trabajo se dejaba
llevar por sus instintos. Sabía, de alguna manera, cuándo mentían los clientes.
Era una pena que no tuviera ese olfato para las relaciones personales.
Suspiró.
—Bueno,
supongo que tendrás que volver a los juzgados.
Tom
no hizo el más mínimo amago de irse.
—No
creo que puedan empezar sin mí.
—Menos mal que no se te ha
subido a la cabeza.
___________ vio que la miraba
sorprendido. Había algo nuevo en él aquel día. Hasta el día anterior, solo la
había mirado con respeto profesional. No se atrevía a catalogar aquella nueva
mirada como amistad, pero sí como afecto y un brillo... seductor que le recordó
cuando el día anterior la había tomado en brazos y la había ayudado a hacer lo
más difícil y perfecto que había hecho en su vida.
Sintió de nuevo aquella
sensación en el estómago. Era como un torbellino y no tenía que estar allí.
Tenía que sentarse.
—¿Tienes
de todo? ¿Comida? ¿Pañales?
___________
se sentó en la mecedora.
—Mis
padres llegan esta tarde. Nos las apañaremos hasta entonces. Deberías hacerlo
más a menudo.
No
debería haber dicho aquello. Claramente, Tom se estaba devanando los sesos para
saber qué era exactamente lo que debía hacer más a menudo.
—Me refería a sonreír. Tom.
¿Ves? Si practicas un poco, dejarán de dolerte los músculos.
La niña se puso a llorar. Tom
se quedó cinco minutos más y, tras asegurarse de que las dejaba bien, se fue.
Lo había llamado Tom.
De camino a los juzgados, se
dio cuenta de que ___________ tenía razón. Estaba sonriendo y no le dolía.
A las siete de la tarde,
cuando se dirigía de nuevo a casa de ___________, ya se le había borrado la
sonrisa de la cara. No le pillaba de paso, pero quería ver que estaba bien y
que sus padres habían llegado.
Aparcó y llamó a la puerta. ___________
no le abrió, pero Tom oía llorar a la niña. Volvió a llamar y nada, así que
abrió con la llave de repuesto que había debajo de la piedra.
—¿___________?
Apareció
la madre pálida y la niña roja. ___________ estaba exhausta y aliviada de
verlo.
Tom
se alegró de haber ido.
___________ tenía el pelo
pegado, como si se acabara de levantar. Se había cambiado y llevaba unas
mallas de leopardo. No había engordado mucho en lo ocho meses de embarazo. De
hecho, parecía como si nunca hubiera estado embarazada.
—¿Cuánto
llevas así? —preguntó Tom por encima de los berridos de la pequeña.
—Una
media hora —contestó ___________ mirando el reloj.
—¿Qué
le pasa?
—Que
tiene hambre.
—¿Y
por qué no le das de comer?
—Porque
no puedo.
—¿Como
que no puedes?
___________
negó con la cabeza. Alisha se puso a llorar más fuerte.
—¿Por
qué? —gritó Tom. ___________ miró a Tom y miró a Alisha. Le resbaló una
lágrima por la mejilla.
—Porque
no me ha subido la leche —contestó ___________ sollozando.
Tom
estaba atravesando la estancia cuando aparecieron en la puerta un hombre y una
mujer vestidos de vivos colores.
—¡Papá,
mamá! ¡Cuánto me alegro de veros! —exclamó ___________.
La
mujer, pelirroja y con altos tacones de aguja, fue hacia ella y le dio dos
besos al aire.
—¿Cómo
estás, cariño? —dijo rozando la cabeza de la niña—. Ahora mismo vengo —añadió
corriendo por el pasillo—. Llevo sin ir al servicio desde Misuri. Ya conoces a
tu padre.
El hombre de pelo cano se tocó
la oreja. ¿Llevaba un pendiente? Miró a Tom.
—Hemos venido en tiempo récord
—dijo besando a su hija en la mejilla—. ¿Qué tal estás, cariño?
La madre de ___________ volvió
y agarró a la niña en brazos, que se calló inmediatamente. «¡Del susto!», pensó
Tom.
El padre de ___________ lo
miró de arriba abajo.
—¿Y
usted quién es?
Tom se quedó pensativo. Miró a
___________, que lo estaba mirando.
—Un
amigo de ___________ —contestó.
—Es
más que un amigo —dijo ella. Tom la miró sorprendido.
—Es
el juez Tom Kaulitz.
—¿Juez?
—dijo su madre. ___________ asintió.
—¿El
juez?
___________
volvió a asentir.
—¿Y?
—dijo su padre.
—¡Y
que este juez es el que ayudó a tu nieta a venir al mundo!
El
padre de ___________ le dio a Tom una palmada en la espalda.
—¡Buen
trabajo! ___________, ¿sabes ya quién va a ser el padrino?
-No
—contestó ___________—. ¿Por qué?
El
padre se giró hacia Tom.
—En
nuestra familia, los bautizos son importantes y creo que usted se ha ganado el
privilegio.
— ¡
Papá! —dijo ___________.
—¡Vinnie!
—dijo su madre.
—¡Vi!
—dijo el hombre.
—¿Vinnie
y Vi? —preguntó Tom.
—Vincent
—dijo el padre de ___________ dándole la mano—. Mis amigos me llaman Vinnie. Y
ella es Vi, diminutivo de Violet.
—Tom
Kaulitz —se presentó él.
—Encantado de conocerlo.
No era normal que a Tom se le
fuera la cabeza, pero aquella familia lo había conseguido en poco tiempo.
—Hola,
Alisha —canturreó Vi—. Así que has nacido en el despacho de un juez, ¿eh? ¿Te
ha contado tu mamá que el primo Lance nació en un taxi en hora punta en mitad
de Los Angeles? ¿No? Pues así fue. Tiene seis años, pero yo le sigo mandando
al taxista una felicitación todas las Navidades.
Tom
se quedó pensando qué sería de él si el único contacto que tuviera con ___________
y la niña fuera una felicitación al año. ¿Qué le pasaba? Al fin y al cabo,
Alisha no era nada suyo.
Después
de aquello, hubo infinidad de gugu tata y, en un abrir y cerrar de ojos, Alisha
se estaba tomando un biberón de agua, ___________ se estaba tomando una sopa y
Vinnie estaba metiendo el equipaje. Montones de maletas. Se iban a quedar mucho
tiempo, aparentemente.
Tom
no pintaba nada allí. Como si fuera invisible. Se dijo que era lo mejor. Ya
vería a ___________ en los juzgados cuando volviera a trabajar. Mientras tanto,
ya tenía bastante con su vida. Sus padres se llevaban fatal y todos sus hermanos
se habían enamorado de repente. Menos mal que él seguía siendo el centrado, el
disciplinado. Decidió dejar a ___________ con sus padres y seguir con su vida.
___________,
la niña y Vi desaparecieron por el pasillo murmurando algo de darle el pecho.
Vinnie puso la televisión y se quedó boquiabierto con un combate de lucha
libre.
Tom
fue hacia la puerta, se puso el abrigo y salió. Los Madison eran raros, pero
era la familia de ___________ y estaba en buenas manos.
CHICAS... espero les guste el capi... y como les prometí.. lo publique mas seguido jijiji.. ya que hoy día no tengo trabajos en el instituto xd jajaa y gracias por seguir la ficc... y que les guste =) me alegran el dia chicas con sus palabras...
Las Quiero
Bye =)
Awwww que emocion Tom!!
ResponderEliminarQue lindo ya esta comprometido osea quiere estr ahii con (tn)..!!
Siguelaaa.. Me eencanta.. Y para cuando un acercamiento entre ellos?
Que bueno q no tienes trabajos asi mas relax hahahha..
Cuidate bye :D
Muy buena la historia, siguela se oye interesante y ese Tom jaja que se me hace que le gusta TN y quiere estar cerca de la bebe y de TN xD siguela
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